martes, 20 de octubre de 2009

¿Qué hace eficaz a un ejecutivo?


Los grandes ejecutivos pueden ser carismáticos o sin brillo, generosos o tacaños, visionarios u orientados a los números.

Pero todo ejecutivo eficaz sigue ocho reglas sencillas.

¿Qué hace a un ejecutivo eficaz?

Un ejecutivo eficaz no necesita ser un líder en el sentido que actualmente se le da a este término. Harry Truman, por ejemplo, no tenía ni una pizca de carisma, pero fue uno de los jefes de Estado más eficaces en a historia de Estados Unidos.

Durante mis 65 años de carrera como consultor, algunos de los mejores CEO corporativos y de entidades sin fines de lucro con los que he trabajado no eran líderes estereotípicos. Eran muy diversos en términos de personalidad, actitudes, valores, fortalezas y debilidades. Variaban de extrovertidos a solitarios, de relajados a controladores, de generosos a parsimoniosos.

Lo que los volvía eficaces a todos es que seguían las mismas ocho prácticas:

Preguntaban ¿Qué hay que hacer?

Preguntaban ¿Qué le conviene a la empresa?

Desarrollaban planes de acción.

Asumían la responsabilidad de sus decisiones.

Asumían la responsabilidad de comunicar.

Se centraban en oportunidades en vez de problemas.

Conducían reuniones productivas.

Pensaban y decían “nosotros” en vez de “yo”.

Las dos primeras prácticas les permitían obtener el conocimiento que necesitaban.

Las cuatro siguientes les ayudaban a convertir ese conocimiento en acción eficaz. Las dos últimas aseguraban que toda la organización se sintiera responsable.

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